miércoles, 2 de mayo de 2012

La realidad de el Judio

La convivencia hogareña de los judios muestra una notable falta de hamabilidad creativa. Los hogares judios son sucios y en estado de abandono devemos tener en cuenta que estos judios no son pobres luego de comerciar durante decadas han acumulado suficiente dinero para poder haber adquirido viviendas limpias y confortables para sus familias pero en vez de ello han vivido durante generaciones en las mismas viviendas sucias e infectadas , siempre indiferentes a lo que los rodea, recitan sus oraciones ceremoniales.
El movimiento de la parte superior del cuerpo es parte del ritual que siguen al leer las escrituras judias, la mayor parte de la llamada vida comunitaria judia tiene lugar en la calle, rara vez encontramos a un judio realizando un trabajo productivo y aun aqui no ocurre voluntariamente, el gobierno militar aleman los ha empleado en trabajos de remocion de escombros, es evidente que no estan acostumbrados al trabajo duro. además que no les gusta,  pero no es por ineptitud  que podría inspirar lastima, sino que algo distinto estos judios no quieren trabajar sino traficar. Aqui están en su elemento. Algun neofito podria decir que eso no es cierto y disculparlos diciendo que los judios fueron obligados a comerciar porque otras profesiones les estaban vedadas, lo contrario es lo cierto, se dedicaron al comercio porque ellos concuerdan con sus carácter e inclinaciones.
Un obserbador desprevenido a primera vista podría observar la imagen de los niños judios como una señal de pobreza, pero para quien los observa por mayor tiempo se hace evidente que estos niños estan orgullosos de comportarse como sus mayores, estos niños no tienen los mismos ideales que los nuestros.
El egoismo individual esta puesto al servicio de metas comunes más elevadas, por el contrario la moral racial de los judios proclama que a diferencia de los arios que el egoismo de cada judio es una ley divina, su religión hace de la usura y de la traición ni más ni menos que una obligación.

El Deuteronomio por ejemplo dice: "A un extranjero podás prestarle con interés, pero a tu hermano no"
"Que el señor nuestro Dios nos bendiga en todo aquello que pongas tu mano"
Dicho de otra manera : para los judios los negocios conforman una transacción sagrada.
Para los no judios esto es algo totalmente incomprensible. El hombre ario le atribuye o le adjudica un sentido de valor a todo lo que hace. El querer crear algo valioso: comida, ropa, obras de arte o cualquier otra cosa de utilidad para los demas, está gobernado por lo responsabilidad de su trabajo. Y cuando lo logra se siente realizado.
Para el judio existe sólo un objeto de valor: "el dinero". Como él gana ese dinero le es algo completamente indiferente los primeros bienes que comercializan son por lo general basura de todo tipo, asi es como comienzan los judios de bajo nivel pronto llega el momento en que se establecen detrás de un mostrador y pronto consiguen juntar un conjunto completo en ese rubro   no mucho tiempo después tienen el local correcto. Los más despiertos entre ellos llegan a tener primero un pequeño negocio propio y despues una gran tienda y los más inescrupulosos llegan a tener finalmente grandes almacenes y grandes bancos y ocupan las casa más grandes y lujosas de los pueblos siempre y cuando no se asemejen a las angostas calles de los guettos del este, es por eso que se obligan a salir de sus nidos y establecerse en países ricos con pueblos ricos, ellos necesitan otros pueblos porque necesitan bienes para poder realizar sus negocios aquellas cosas que son valiosas para los pueblos arios han sido reducidas por los judios a mera mercaderia para ser compradas y vendidas por que el no puede producir. El judio deja la producción a los trabajadores y campesinos de los pueblos sobre los cuales ha impuesto su presencia.
Los judios son la raza sin campesinos ni trabajadores, son un pueblo de parásitos.            
     
   

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